“Dunkerque”: Por tierra, mar y aire

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La guerra es una temática tratada una y mil veces en el cine. Aún a día de hoy, consigue que cada estreno que llegue a las salas de cine, sea un éxito de taquilla. Si unimos ese factor a un nombre como el de Christopher Nolan, se convierte en una apuesta segura para cualquier estudio. Se ha hablado de la película como una experiencia sensorial, así que no perdimos la oportunidad y fuimos a la sala Phenomena de Barcelona para disfrutar plenamente del film. Hoy toca hablar de “Dunkerque”.

“Dunkerque” (2017) – Vista el 25/07/2017

Título original: “Dunkirk” (107 min.)

Director: Christopher Nolan

Guion: Christopher Nolan

Reparto principal: Fionn Whitehead, Mark Rylance, Kenneth Branagh y Tom Hardy

Género: Bélico, Histórico

¿De qué va? (Sin Spoilers)

Durante la segunda guerra mundial, en las playas de la población francesa de Dunkerque, cientos de miles de soldados ingleses y franceses estaban a merced del ejército nazi.

Generador de amores y odios

Christopher Nolan es uno de los directores que crea más controversia en la actualidad. No suele haber posturas neutrales hacia su obra, o lo amas, o lo odias. Y eso es muy curioso para una obra que no acaba de mostrar propuestas demasiado arriesgadas o extremas. Su película más nombrada y que consigue acercar posturas opuestas es “Memento”, pero a partir de aquí, su filmografía ha ganado adeptos y enemigos al mismo ritmo.

Los detractores le acusan de ser demasiado explicativo en sus películas, no dejando nada al aire para que lo interprete el espectador, tanto en los diálogos como en el propio tratamiento audiovisual. Es decir, todo se ha de hablar y explicar, y todo se ha de mostrar. También se le acusa de ser efectista en el montaje y la narración de la trama, siendo únicamente un artificio que pretende hacer más compleja la historia de lo que en realidad es.

Los admiradores ven en él a un director que ha conseguido coger la fórmula del blockbuster y darle un toque de cine de autor, sumándole una visión más personal y creando tramas más complejas a su alrededor. Siendo también el que ha conseguido ensalzar de nuevo la figura de Batman después de un largo tiempo en el olvido.

En mi caso, reconozco que el cine de Nolan me gusta. Me apasionan “Memento” y “Origen”, me encantaron la trilogía de Batman y “El truco final” y me dio un poco igual “Insomnio”. Sobre “Interstellar” no me puedo pronunciar porqué todavía no la he visto. Me gusta, pero no soy un fanático. Creo que se han de valorar las obras de cine por las sensaciones que nos despiertan, sin prejuicios, sean quien sean los creadores y lo que se explique en sus películas. Como toda obra cultural, lo que puede despertar amores en una persona puede generar asco u odio a otra, así que hay que ceñirse a esas reacciones. Lo de los haters o los fanáticos incondicionales, que juzgan sin siquiera haber visto una obra, es caso aparte.

Tres espacios, tres tiempos

La batalla de Dunkerque fue un enfrentamiento entre los aliados y las tropas alemanas durante la segunda guerra mundial en la población costera francesa del mismo nombre. Las fuerzas francesas y inglesas estaban siendo sitiadas por las fuerzas alemanas y no podían hacer otra cosa que resistir el envite.  Se activó la Operación Dinamo con el objetivo de evacuar a las tropas aliadas. Fueron los franceses los encargadas de resistir los ataques de la artillería alemana, las bombas y los ataques a tierra de la Luftwaffe para conseguir que las tropas británicas fueran evacuadas (más de doscientos mil). Posteriormente se evacuaron a los franceses y a los belgas (más de cien mil). La operación fue un éxito y se salvaron más de trescientos mil soldados.

La película se centra en la evacuación de los soldados de las playas de Dunkerque, dejando de lado cómo resistieron los franceses y centrándose en las penurias que vivieron los ingleses para poder escapar. No existen unos personajes protagonistas a los que conozcamos ni una elaboración de un contexto que nos explique exactamente que sucede. La película nos mete de lleno en la batalla, se deja de historias emotivas que puedan distraer y nos pone en medio de la acción. Y lo hace con unos medios técnicos inigualables: grabada en 70 mm, con un volumen atronador escogido por el propio director. La película se convierte en toda una experiencia inmersiva. Para potenciar más éste punto, nos escapamos a verla a Barcelona a la única sala en todo el estado que proyecta en esas condiciones. Un lujo. Cada bomba, cada avión cayendo en picado, cada tiroteo lo sentías en tus carnes. La experiencia genial, la película no tanto.

El gran acierto es centrar su historia en tres espacios y tres tiempos diferentes. Tres espacios: el espigón, el mar y el aire, o dicho de otra manera, tierra, mar y aire. Por tierra siguiendo a los soldados ingleses que miran de huir de la playa, por mar mostrando un pequeño barco de pesca de civiles que van de Inglaterra a Francia a rescatar soldados y por aire yendo detrás de un avión aliado que va de Inglaterra a Francia para acabar con los aviones nazis. Tres tiempos: una semana de duración para los hechos sucedidos en tierra, un día para los hechos sucedidos en el mar y una hora para los hechos sucedidos en el aire. A Christopher Nolan siempre le ha gustado jugar con el tiempo y el espacio en sus películas, y en “Dunkerque” esto vuelve a suceder, creando una falsa sensación de “tiempo real” aunque sean tres tiempos diferentes, e incluso pronunciándose más gracias a la insistencia de un reloj que va sonando en determinados momentos de la película. Éstas son las mejores armas de la película. Una gran parte técnica, una buena estructura y un original uso del tiempo narrativo.

Lo que nos hace ser más próximos a lo que sucede en pantalla, lo que da realismo y genera emoción en el público, no aparece en “Dunkerque”. No existe un contexto, no hay una presentación inicial, no se nos presenta a los personajes principales ni se nos explica que inquietudes o que personalidad tienen. Se nos mete directamente en una escena de tiroteo que no cesará a lo largo de la película. Una posible justificación puede ser que se nos quiere mostrar la agonía de los sucesos mediante la propia experiencia del espectador sometiéndole a la experiencia de los soldados, evitando personalizar o centrar la historia en determinados personajes. El problema de ésta decisión es que no se empatiza con los sucesos que afectan a los personajes, se genera distancia y se pierde credibilidad. Los escasos, planos y predecibles diálogos que se dan a lo largo del metraje tampoco ayudan. Es una lástima ver a grandes actores como Kenneth Brannagh o Tom Hardy con tan pocas y tan predecibles líneas de diálogo. La banda sonora atronará durante toda la película, generando tensión y sustituyendo esos diálogos hablados, pero resulta demasiado incisiva y reiterativa.

El realismo tan comentado para las sensaciones transmitidas, desaparece en dos decisiones tomadas por la película: la desaparición en pantalla de cualquier soldado alemán y la falta de crudeza en las imágenes de guerra. Es cierto que los franceses fueron los que resistieron en Dunkerque y que el film da protagonismo a los británicos, pero que en todo el metraje no se vea ni un alemán (de hecho aparecen desenfocados en una escena y se ven los aviones alemanes en determinados momentos) hace perder realismo a la historia. También la falta de crudeza mostrada en las escenas de guerra, hacen que la distancia crezca. No se pueden mostrar bombardeos y tiroteos sin enseñar alguna imagen escabrosa o por lo menos insinuarla.

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Resumiendo que es gerundio

Durante la segunda guerra mundial, los ingleses y los franceses estuvieron sitiados por los alemanes por tierra, mar y aire en la población francesa de Dunkerque. Los franceses resistieron las embestidas alemanas y los ingleses pudieron ser evacuados a Inglaterra por mar. Éste es el hilo central de la película, y aunque lo parezca, no es cine bélico habitual. Hay escenas de guerra muy espectaculares gracias a la gran factura técnica utilizada y desde el minuto cero se nos mete en la batalla. Las escenas en tierra, mar y aire son intensas, delimitan tres espacios, y a su vez, son usados en una estructura narrativa dividida en tres tiempos, una semana para la tierra (infantería), un día para el mar (naval) y una hora para el aire (aviación). El sonido atronador, las imágenes de batalla muy bien filmadas y el ritmo intenso marcado, hacen de “Dunkerque” una gran experiencia bélica y sería una gran película del género si no fuera por elementos muy importantes que la desinflan: escasos y predecibles diálogos, unos personajes que nos importan más bien poco, escasez de realismo en las consecuencias de la batalla, la no aparición visual del ejército alemán y una banda sonora repetitiva y que no da lugar a respiro alguno (en realidad, uno).

“Dunkerque” es una gran experiencia cinematográfica y una película notable, pero no es la gran obra maestra de la que tanto se está presumiendo.

Lo mejor: la experiencia general transmitida, el sonido de combate, la narración a tres tiempos en tres espacios y las imágenes de combate aéreo.

Lo peor: decisiones tomadas que restan realismo a la propuesta como la no aparición del enemigo (a nivel visual), la falta de sangre o escenas más escabrosas (no dejamos de hablar de una guerra) y las escuetas y predecibles líneas de guión hablado. La machacona banda sonora que no deja de sonar en ningún momento.

Te gustará si… te gusta mínimamente el cine bélico y no odias a Nolan.

La odiarás si… te crees las críticas que dicen que es la gran obra maestra del director, si buscas una película más convencional de cine bélico o si simplemente odias a Nolan.

Me gustó más que: Pearl Harbour

Me gustó menos que: Salvar al soldado Ryan

Nota: 7/10

5 respuestas a ““Dunkerque”: Por tierra, mar y aire

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