Multipremiada película, incluyendo 7 nominaciones a los Globos de Oro que se convirtieron en 7 premios. Pleno histórico. Musical filmado en 2016 con olorcillo a los grandes clásicos de Hollywood. Un director en estado de gracia acompañado de unos actores que le van a la zaga. Unanimidad entre público y crítica. ¿De verdad será para tanto? Hoy toca hablar de “La ciudad de las estrellas (La La Land)”.
“La ciudad de las estrellas (La La Land)” (2016) – Vista el 19/01/2017
Título original: “La La Land” (127 min.)
Director: Damien Chazelle
Guion: Damien Chazelle
Reparto principal: Emma Stone, Ryan Gosling, John Legend y Rosemarie De Witt
Género: Drama, Musical
¿De qué va? (Sin Spoilers)
Mia trabaja de camarera en una cafetería situada en los estudios Warner Bros. Sueña con ser actriz y una y otra vez se presenta a castings en los que nunca consigue nada. Una noche al salir de un casting desastroso, pasa por delante de un local donde actúa Sebastian, un virtuoso pianista de jazz que toca dónde le dejan para sacar algo de dinero.
Un director enamorado de la música y dos grandes actores
Con 32 años acabados de cumplir (dio la casualidad que fuimos a ver la película el día del cumpleaños del director), Damien Chazelle se ha convertido en uno de los nombres de moda en la industria cinematográfica. Con 3 películas como director y unas cuantas más como guionista ha conseguido ganarse el favor de crítica y público. Su debut fue con un musical llamado “Guay and Madeline on a Park Bench”, que ya cosechó buenas críticas en su momento. Está pendiente y con muchas ganas de verla por mi parte, tantas como las que tenía por ver “La La Land”. Y todo eso es debido a la segunda película del director: “Whiplash”.
En ella, se nos muestra como un joven baterista de jazz entra en el prestigioso conservatorio de música de la Costa Este, donde caerá en las manos de Fletcher, un profesor que emula los métodos de Clint Eastwood en “El sargento de Hierro”. Su brutalidad, musicalidad, guion de acero (escrito por el propio Damien Chazelle y que le supuso una nominación a los Oscar) y las actuaciones de Miles Teller y J. K. Simmons, hacían que la película se convirtiera en una de las mejores de su año. Año en que no olvidemos, pasaron por la gran pantalla peliculones como “Interstellar”, “Birdman”, “Boyhood” o “Perdida”.
En ésta ocasión, los dos actores protagonistas serán una pareja que ya había demostrado anteriormente su buena química en pantalla en la divertida “Crazy, Stupid, Love”: Ryan Gosling (“La gran apuesta”, “Drive”…) y Emma Stone (“Birdman”, “Criadas y señoras”…).
Los musicales clásicos con un filtro actual
Desde el principio la película no esconde sus cartas. En un atasco a pleno sol, en California, se muestra una gran escena coreografiada en la que los conductores de los coches salen de estos, comienzan a bailar y cantar y son perseguidos por una cámara que juega con ellos, formando parte de la propia coreografía. Al final del número musical entran ganas de levantarte y aplaudir.
Esa sensación es una constante en el primer tramo de la película. La presentación de los personajes principales es magistral: Mia, una aspirante a actriz que trabaja de camarera y Sebastian, un virtuoso del piano que reivindica el jazz y su magia, nos calan hondo. Los números musicales se van desarrollando y apuestan más porqué encajen en la historia que por la propia espectacularidad del baile o la canción, aunque realmente, la mayoría están magistralmente pensados y filmados, con una cámara que siempre se introduce en la coreografía como ya nos había dejado intuir en su introducción. Todo eso le deja a uno la sensación de estar viendo una gran película. Una película clásica. No miento cuando digo que estuve sonriendo como un idiota durante la primera media hora de la película. Rezuma por todos sus poros homenaje al cine clásico musical, e incluso se podría decir que simplemente, al cine. Sólo hubo un número musical que no me convenció, el del observatorio, que da fin a la primera parte de la película.
Superada esa primera parte, la película deja un poco de lado su faceta musical para introducirse en la historia de amor de la pareja protagonista, desarrollando más la historia y la relación. La película tiene un cambio de tono bastante remarcado, dejando atrás el musical optimista típico de los años 50 para conseguir una identidad propia más madura y seria en muchos momentos, y acorde a los tiempos actuales. El conflicto que se nos presenta en éste tramo, es el dilema moral mil veces visto en pantalla, pero magistralmente explicado: perseguir los sueños de grandeza o seguir al gran amor. A mi particularmente, me gustó mucho ésta parte también, aunque se me bajó el subidón y la sonrisa permanente con cara de idiota que supuso el inicio.
La parte final de la película recupera otra vez la musicalidad con la que había arrancado a su inicio, pero con un tono más en la línea de su parte central. Y aquí viene la traca final: se nos da a los espectadores uno de los números musicales más bellos filmados nunca, que provocará seguro las lágrimas de más de un espectador. Me lo confirmó una compañera de trabajo que soltó la lagrimilla en esa escena.
A nivel de actuaciones, la película brilla a gran nivel. Sólo puedo tener buenas palabras para hablar de las actuaciones de Ryan Gosling y Emma Stone. Los dos encajan perfectamente en sus personajes, consiguen unas interpretaciones de gran veracidad, y además nos mostrarán sus dotes de baile, voz y piano (en el caso de Ryan). Esto junto a una producción musical y a una escenografía, fotografía e iluminación que juega con la teatralidad en muchos momentos, hace que nos transportemos a los grandes musicales de la época clásica del cine, pero siempre desde un punto de vista contemporáneo.
Poco se le puede criticar al que será considerado (si no lo hacen ya) uno de los grandes musicales de la historia del cine. Por decir alguna cosa, que en su parte central se deje de lado la parte musical para convertirse en un drama más al uso, pero magníficamente filmado y narrado. Y que el número musical del observatorio no acaba de encajar en la película comparado con el resto de números de excelente nivel de la película.
Resumiendo que es gerundio
Un musical actual que supone un gran homenaje al propio cine musical, al cine clásico o simplemente al CINE. Con mayúsculas. Un director en estado de gracia que también escribe el guion. Un Ryan Gosling y Emma Stone que nos emocionaran con sus actuaciones en las partes dramáticas, en los bailes y en las canciones. Unos números musicales magistralmente pensados y filmados, en que la propia cámara bailará al son de la música con los bailarines. Una parte más dramática que la hace más real y ajustada a nuestros tiempos. Y finalmente: un desenlace acorde y con un número musical espectacular. Como pegas se le puede achacar abandonar el optimismo de los musicales de los años 50 a los que homenajea y que uno de los números musicales, el del observatorio, para mi gusto, no acaba de encajar en el global. Minucias. Un gran musical, y una gran película.
Lo mejor: la química de los dos protagonistas, cuando Ryan Gosling toca por primera vez el piano delante de Emma Stone, el gran número musical de desenlace…
Lo peor: que los números musicales decaigan en la parte central de la película
Te gustará si… te gusta el cine musical, el cine clásico o el cine en general
La odiarás si… esperas una película que lleve el tono optimista de los clásicos a los que homenajea o si no aguantas que los actores se pongan a cantar y bailar porqué si en una película
Me gustó más que: Chicago
Me gustó igual o más que: Los miserables
Nota: 9/10
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