Aaron Sorkin es un guionista, productor, dramaturgo y actor, conocido principalmente por ser el creador de la serie «El lado oeste de la casa blanca» y por ganar un Óscar gracias al guion de la película dirigida por David Fincher, «La red social». Sorkin vuelve a repetir como guionista pero esta vez debuta tras las cámaras en una producción cinematográfica que gira entorno al mundo de las timbas de Póker. Hoy toca hablar de: “Molly’s Game”.
“Molly’s Game” (2017) – Vista el 17/01/2018
Título original: “Molly’s Game” (141 min.)
Director: Aaron Sorkin
Guion: Aaron Sorkin (Memorias: Molly Bloom)
Reparto principal: Jessica Chastain, Idris Elba, Kevin Costner y Michael Cera
Género: Drama, Histórico
¿De qué va? (Sin Spoilers)
Molly Bloom es una esquiadora de élite que se ha perdido los Juegos Olímpicos por un grave contratiempo. Antes de proseguir con sus estudios, Molly se traslada a Los Ángeles para vivir todas las experiencias que pueda. Trabajando de camarera, consigue entrar en el mundo de las timbas de póker, cosa que le reportará sumas millonarias y graves problemas con la justicia.
Sorkin, Chastain y Elba, trio de ases
El mundo del póker es familiar para la mayoría de personas. El que más y el que menos ha jugado alguna vez en su vida, sobretodo en quedadas con amigos o para cerrar una noche de fiesta. La mayoría jugando con las propias fichas que replican las de los casinos y que vienen incluidas en maletines que se venden en las tiendas de los chinos. Todo muy glamuroso. Es sabido que el mundo del póker profesional, mueve grandes cantidades dinero y tiene a grandes personalidades a su alrededor, incluso hay campeonatos que son retransmitidos por televisión. ¿Que despierta tanto interés? ¿No se trata sólo de un juego de cartas? Es un juego de apuestas, en el que gana la mejor mano, pero también el que hace creer a los demás que posee la mejor mano, sin necesidad de tenerla. El engaño, las probabilidades y el riesgo hacen despertar un morbo y una tensión que hacen crear una expectación hacia el juego. Y más cuando se saben que existen timbas en las que se juegan millones.
«Molly’s Game» se centra en ese mundo desconocido de las grandes timbas de póker, y lo hace a través del personaje de Molly Bloom. Molly (Jessica Chastain) es una joven que ha sido tratada con dureza por su padre (Kevin Costner), un psiquiatra de éxito que siempre le exigía el máximo a ella y a sus hermanos. Cuando estaba a punto de clasificarse para los Juegos Olímpicos, Molly sufre un contratiempo que le impide volver a competir, lo que la destroza anímicamente. Antes de proseguir con sus estudios de derecho, decide irse a vivir a Los Ángeles para pasar un tiempo en el que reflexionar y vivir experiencias antes de adentrarse en el mundo académico. Así entra en el mundo de la noche de Los Ángeles, trabajando como camarera en un local de éxito en el que consigue grandes propinas y contactos. Allí será contratada por un constructor que le pedirá que sea su secretaria. Un día, aparte de gestionar sus quehaceres diarios, el empresario le pedirá que organice una partida de póker, y le proporcionará una lista de nombres de personas de éxito que querrán participar. A partir de aquí, Molly entrará en el sector de las timbas de póker, hasta alcanzar un éxito en ese particular mundillo que le proporcionará grandes sumas de dinero, y grandes problemas con la ley.
La película sustenta todo su peso en tres elementos: el trepidante y machacón guion de Sorkin, la actuación de la despampanante Jessica Chastain y el morbo que despiertan las timbas de póker. Aaron Sorkin usa la fórmula de éxito de sus guiones para su propio debut cinematográfico, utilizando una voz en off constante que a ritmo endiablado nos dará detalles e inagotable información complementando todo lo que vemos en pantalla. El inicio de la película es magistral, con una Molly narrando todo lo que sucede en una competición de esquí, teniendo en cuentas elementos del presente, del pasado y del futuro en un acontecimiento que la marcará de por vida, para bien o para mal. Una de las mejores secuencias de la película. La voz en off aparecerá a lo largo del film, y el ritmo prácticamente no decaerá nunca, provocando momentos de agotamiento en el espectador, aunque consiguiendo también que no se pierda la atención por la historia. Lo trepidante del ritmo en su guión y en su montaje, choca con una propuesta demasiado convencional de un Sorkin que no arriesga en su propuesta, y que se ciñe a seguir su magnífico guion sin realizar florituras con la cámara. Un poco más de riesgo en ese sentido, le habría sentado muy bien a la película.
Jessica Chastain ofrece una de las mejores actuaciones de su carrera. Se adentra en Molly para mostrar a una mujer joven, poderosa y sensual, que también tiene sus debilidades y sufre de una persecución desmesurada por parte de la justicia. Llena cada plano en que aparece y se convierte en la absoluta protagonista de la función. Pero tampoco se puede dejar de lado a Idris Elba, interpretando al abogado que aceptará el caso de Molly, el encargado de poner un contexto legal a todos los sucesos y con el que ofrecerán los mejores duelos dialécticos de la película.
El morbo que despiertan las timbas de póker está bien explotado en «Molly’s Game» e irá in crescendo a lo largo del film, arrancando en partidas que se juegan en locales de noche para alcanzar partidas en suites de hoteles de lujo en las que los jugadores juegan manos valoradas en cientos de miles de dólares. Para alguien que no haya jugado nunca al póker o que no sepa sus normas básicas, algunos elementos de las partidas se le escaparán. Todo se va explicando a través de la omnipresente voz en off, pero el ritmo es tan endiablado que es fácil perderse en su narración. Por la propia historia, centrada en el personaje de Molly, al final de la película se acabará desviándose el foco de las partidas de póker al mundo judicial, haciendo bajar levemente tanto el ritmo como el interés del film.
Resumiendo que es gerundio
«Molly’s Game» supone el debut detrás de las cámaras de Aaron Sorkin, y sustenta su película en los elementos que le han dado tanto éxito: un guion con un ritmo endiablado y una constante voz en off que inunda de detalles lo que sucede en pantalla. La película nos habla de cómo Molly Bloom consiguió millones de dólares introduciéndose en el mundo de las timbas de póker, y todos los problemas legales que le supuso hacerlo. Jessica Chastain se encarga de realizar uno de los mejores papeles de su carrera interpretando a Molly, y en la función también aparece Idris Elba, cómo el abogado que defenderá su caso ante la justicia. El guion, Jessica Chastain y el morbo por el funcionamiento de las timbas de póker serán lo más atractivo de una película que peca de provocar saturación por información al espectador, pero que también se le ha de reconocer que consigue captar el interés de este a lo largo de sus más de dos horas de metraje. ¡Hagan juego!
Lo mejor: Jessica Chastain está espectacular. El gran dueto que forma con Idris Elba. El ritmo de los diálogos. El arranque en la pista de esquí.
Lo peor: Te deja con la sensación de que no profundiza todo lo que puede en el oscuro mundo de las timbas de póker. El metraje sumado al ritmo de los diálogos, resulta excesivo para el espectador. Peca de demasiado convencionalismo en su dirección.
Te gustará si… te interesa el mundo del póker, Jessica Chastain o Aaron Sorkin.
La odiarás si… esperas un thriller con escenas de acción o no has jugado nunca una partida de póker.
Me gustó más que: 21 Black Jack
Me gustó menos que: Casino Royale (2006)
Nota: 7’5/10