
Como Gary Cooper en Solo ante el peligro, en esta selección de películas los protagonistas son hombres que se han de enfrentar en solitario a un destino crudo e incierto. Cinco historias cargadas de venganzas y de violencia. Cinco historias que pondrán a prueba sus límites. En las recomendaciones de hoy: 5 películas de la colección “Lobos solitarios” de Filmin.

Blue Ruin (2013)
de Jeremy Saulnier
Dwight es un vagabundo que vive en su coche, un Pontiac azul. Pasea por la ciudad, recoge botellas en la playa y pasa las noches leyendo. Una terrible noticia romperá su rutina diaria.
Tras la poco conocida Murder Party y antes de la explosiva Green Room, Jeremy Saulnier realizó en 2013 un intenso y sangriento thriller que contenía gran parte de los elementos que conforman su cine. Con un inicio marcado por la escasez de diálogos en el que el protagonismo absoluto recae en Macon Blair interpretando a un vagabundo con particulares costumbres, el film pronto pone las cartas sobre la mesa al mostrar las verdaderas inquietudes del personaje. Como buen cine negro, toda la trama se fundamenta en la venganza, pero a diferencia de muchas historias, esta sucede pronto y es el desencadenante de una serie de acontecimientos que marcarán el devenir de las personas involucradas. Toques de humor negro, cierto aroma a cine independiente en su realización y un claro trasfondo de crítica al fácil acceso a las armas existente en Estados Unidos, a las regiones rurales llenas de white trash y a la normalización del uso de la violencia. La gran cantidad de premios y nominaciones en diversos festivales de toda índole demuestran que el cine indie (en su fórmula más americana) no abraza únicamente la comedia o el drama más social, y que se amolda perfectamente a géneros como el thriller, el terror o la ciencia ficción. Vale la pena poner especial atención a las escenas del lavabo y del descampado, dos ejemplos perfectos de explosión de violencia que demuestran un control del ritmo y la tensión impecables por parte de Saulnier.

La conversación (1974)
de Francis Ford Coppola
Harry Caul es un especialista en vigilancia y escuchas. Su último encargo es grabar de forma oculta a una pareja que pasea por el parque. La aparente banalidad del encargo esconde un secreto que hará levantar sus sospechas.
Francis Ford Coppola firma con La conversación un thriller que se aleja del tono mostrado en films como Apocalypse Now, El Padrino o La ley de la calle. Si con esas obras el director consigue realizar obras magnas del cine por su grandiosidad en todos los aspectos, tanto técnicos como de dirección o interpretativos y ofrece un abanico de personajes extremos, con La conversación enfoca su atención hacia una narrativa mucho más contenida y distante. Gene Hackman interpreta a Harry Caul, un obsesivo y metódico experto en escuchas que lleva una vida solitaria y hermética. Su fijación por el espionaje le convierte en un ser temeroso de su intimidad, incapaz de abrirse con sinceridad a nadie y cuyas cargas del pasado resultan un enorme lastre. La película es un estudio profundo de la soledad, del mundo interior del personaje protagonista y del propio uso y vida del sonido. La puesta en escena apoya a la perfección la trama, con escenas filmadas en espacios amplios y vacíos, proyecciones de luces frías, constantes sombras y una banda sonora en la que un solitario piano se abre paso a ritmo de Jazz de forma reiterativa para subrayar las obsesiones de Caul. El cine de investigación más detectivesca se mezcla a la perfección con la profundización en la intimidad de un personaje que oculta sus emociones. Palma de Oro en Cannes y nominada a múltiples premios, aunque se aleje de las propuestas habituales de Coppola, no merece (ni mucho menos) ser considerada una obra menor del director.

The Berlin File (2013)
de Ryoo Seung-Wan
Pyo Jong-Sung es un agente norcoreano que está negociando una venta de armas con un agente ruso y otro de oriente medio. La operación es descubierta por los israelíes y los surcoreanos, destapando una gran conspiración tras la operación.
The Berlin File es un thriller de espionaje que fue la película de acción más taquillera de su año en Corea del Sur. Ryoo Seung-Wan ha realizado un film lleno de espectaculares escenas de acción con montaje y ritmo trepidante dejando un tanto de lado una trama sumamente confusa (que no compleja). La película absorbe la fórmula de obras como las que conforman la saga Bourne y traslada la temática de la guerra fría al enfrentamiento entre Corea del norte y Corea del Sur, haciendo evidente que la elección de la capital de Alemania como telón de fondo para la historia no es para nada casual. Los agentes dobles de países que normalmente son residuales en el cine de acción norteamericano obtienen todo el protagonismo, y curiosamente, todos los agentes de Estados Unidos tienen mucho menos peso en la trama. Un toque de atención de un cine que se reivindica mostrando que puede abordar cualquier tipo de género con éxito y que en esta ocasión demuestra que el cine de acción made in Hollywood puede ser reinterpretado desde el otro lado del mundo sin perder un ápice de intensidad y efectismo. Lástima que el objetivo haya sido deslumbrar mostrando el control sobre la propuesta y se haya abandonado un tanto la estructura de la narración, haciendo que se acentué el deseo de que lleguen pronto las persecuciones, luchas y tiroteos para que se acabe el mareo de personajes y argumentos innecesariamente enrevesados.

The Guilty (2018)
de Gustav Möller
Asger Holm es un oficial de policía relegado a operador del servicio de emergencias. Durante su rutinario turno de noche, recibe la llamada de una mujer que ha sido secuestrada.
The Guilty es un thriller minimalista dirigido por el debutante en largometraje Gustav Möller que obtuvo el premio del público en el festival de Sundance de 2018. Siguiendo la estela de propuestas que centran toda la acción en un único espacio y pocos personajes, como las aplaudidas Doce hombres sin piedad, Buried o Locke, aquí la acción transcurre en una oficina de atención telefónica de emergencias y el protagonista es el oficial de policía Asger Holm. De hecho, tal como sucedía en Buried o Locke, donde los protagonistas conectaban con el mundo exterior a través de un telefóno móvil, el protagonista de The Guilty se involucra en una truculenta historia a través de las llamadas que recibe en el servicio de emergencias. Un angustioso relato que se va volviendo más complejo y oscuro, provocando la desesperación de Holm y haciendo que se vislumbre el carácter y el pasado del agente de policía. Dos relatos que avanzan en paralelo hasta su intenso desenlace. Jakob Cedergren sostiene con su actuación el film, ya que incluso en las escenas en las que se suceden monólogos al otro lado del teléfono, son su rostro y sus reacciones las que copan la pantalla. Narrativa oral telefónica que consigue crear una historia en nuestra mente a través de lo que nos cuentan los personajes que hablan con emergencias. Un ejercicio de estilo justificado que consigue exprimir su bajo presupuesto para ofrecer un thriller intenso con giros argumentales inesperados y un insuperable tratamiento del sonido.

The Salvation (2014)
de Kristian Levring
Tras siete años alejado de su familia, John consigue llevar de Dinamarca a Estados Unidos a su mujer e hijo. El oeste americano no tendrá piedad de la familia, que pronto se enfrentará a un terrible destino.
Con absoluta devoción por los clásicos del western y cierta frialdad típica de los países nórdicos, The Salvation irrumpe en el género con una propuesta violenta, poco innovadora pero que cuenta con cierto atractivo. Los elementos clásicos del western vuelven a resurgir: un grupo de malvados forajidos que tienen atemorizados a todo un pueblo, un enfrentamiento en una diligencia, un asalto a un tren y un personaje duro y solitario que es capaz de enfrentarse a toda maldad con su integridad, astucia y puntería. Un peculiar reparto formado por Mads Mikkelsen, Eva Green, Jonathan Pryce y un testosterónico Jeffrey Dean Morgan cumplen con creces al interpretar a unos personajes cargados de tópicos, en los que las referencias a otras obras y cierta falta de personalidad y de sorpresa hacen mella en el resultado global del film. Es imposible fallar al pensar sobre que sucederá en la trama, y pensando en el posible desenlace, no hace falta ser un gran pistolero para acertar de lleno en el centro de la diana. La producción brilla a buenos niveles, tanto en los escenarios como en el vestuario utilizado, pero se le ven las costuras cuando irrumpen unos discretos efectos digitales. Aún así hay que reconocer que la propuesta del danés Kristian Levring es un western entretenido e intenso que deja a su paso cierta crítica al romanticismo que suele envolver al género y a la idealización del propio nacimiento de los Estados Unidos.