
Hay pocos nombres en el cine actual de terror que generen tanto revuelo y diversidad de opiniones como los de Ari Aster, Jordan Peele o Robert Eggers. Medios de comunicación y redes sociales han acuñado el antipático concepto de terror elevado, etiqueta utilizada para intelectualizar ciertas obras y ponerles un sello de distinción que las ponga por encima del resto de films de género. Huyendo de esa etiqueta y posicionándome a favor de las creaciones de esos autores, el director tras las magníficas La bruja y El faro vuelve a la carga con su nueva película. Hoy toca hablar de El hombre del norte.
El hombre del norte
Título original: The Northman (136 min.)
Año: 2022
Director: Robert Eggers
Guion: Robert Eggers y Sjón Sigurdsson
Reparto principal: Alexander Skarsgård, Nicole Kidman, Anya Taylor-Joy y Ethan Hawke
Género: Acción, Aventuras, Bélico, Histórico
En Islandia, en plena era vikinga, un príncipe nórdico quiere vengar la muerte de su padre y el ultraje a su família.
El enfrentamiento que supone la voz autoral, la visión del artista, frente las expectativas de un público soberano y un gran estudio que financia el proyecto, implica un equilibrio con el que es complejo lidiar. Robert Eggers es un autor que ha generado grandes expectativas tras sus dos últimas películas, enmarcadas en el género del terror pero alejadas de ciertos cánones estipulados y buscando una mirada propia muy definida. La bruja mostraba una representación detallada de la Nueva Inglaterra del siglo XVII y las creencias arraigadas a ese tiempo. El faro conseguía reflejar las experiencias de auténticos fareros que ejercieron profesión a lo largo del siglo XIX. Ambas películas son dos retratos fieles de una época, enmarcadas en claras propuestas de género fantástico. Tras esos proyectos, llega el momento de abordar su tercera película, un violento relato vikingo en el que la voz autoral se enfrenta de lleno a las posibles limitaciones que implica un cine más comercial, contando con un mayor presupuesto pero un menor control del resultado final.
El hombre del norte sigue las pautas del camino del héroe en busca de venganza y plantea el eterno dilema sobre el libre albedrio y el destino predeterminado que ha sido vaticinado. Combinando con maestría la leyenda nórdica del siglo XIII de la tragedia de Amleth, predecesora del Hamlet de William Shakespeare, y la propia obra clásica del autor inglés, Robert Eggers consigue dotar de una épica e intensidad constantes a todas las escenas de la película, en una impecable puesta en escena que nos traslada de lleno a tierras Islandesas en pleno siglo X. Una época repleta de fervor hacia las deidades nórdicas, los rituales de guerra, los sacrificios y los grandes rituales funerarios, llena de batallas, guerras y traiciones y que El hombre del norte recoge a la perfección en todo su metraje.
El peso de la historia recae sobre los hombros del imponente Alexander Skarsgård, un portento que realiza una actuación puramente física, perfecta para un personaje con un único propósito en su vida en un contexto en el que la ley del más fuerte predomina, aunque siempre existen personas que juegan con el porvenir de los demás desde las sombras. Completando el reparto, un buen puñado de estrellas que dejan de lado su protagonismo para que brille por encima de todos la cruda historia de Amleth, y aunque la obra cuente con nombres de la talla de Anya Taylor-Joy, Ethan Hawke y Willem Dafoe, es Nicole Kidman la que consigue brillar por encima de todos encarnando a la madre del protagonista.
El blockbuster nórdico testosterónico de Eggers está repleto de planos secuencia y escenas de poderoso hipnotismo y simbolismo que encajan de maravilla con una trama de espada y brujería vikinga con clara mirada autoral de siglo XXI. El director de New Hampshire lo ha vuelto a conseguir, y ya lleva tres de tres.

Resumiendo que es gerundio
El hombre del norte es la tercera película del director Robert Eggers y en ella se plasma un relato vikingo repleto de la violencia y brutalidad propios de esos tiempos. Una voz emerge de un volcán en erupción para narrar la trágica y salvaje historia de venganza de Amleth, obra primigenia que influenció el posterior clásico de Shakespeare, y tal y como sucede en la obra del autor inglés, está repleto de una epicidad e intensidad que oprime y encandila a partes iguales. Con presupuesto de blockbuster pero sin abandonar el marcado sello autoral en su simbólica e hipnótica puesta en escena, Eggers propone una obra de espada y brujería nórdica que gustará tanto a personas fanáticas del director como a admiradores del cine de acción, bélico o de época.
Lo mejor: la violencia que transpira por los poros. La testosterona desbocada. El primer gran plano secuencia. El personaje de Nicole Kidman. Los rituales vikingos. La épica constante. El relato basado en leyendas vikingas y Shakespeare.
Lo peor: no poder disfrutar de la versión final que Robert Eggers tenía en su cabeza.
Te gustará si… sabes disfrutar de un blockbuster violento y con marcado sello autoral. Disfrutas del género de espada y brujería.
La odiarás si… esperas una película más próxima a las anteriores propuestas del director. Te repele el cine con exceso de testosterona.
Me gustó más que: 300
Me gustó menos que: La bruja
Nota: 9/10
¡Hola! Vi la película hace poco, no creo que se perdiera la voz de Eggers a pesar de trabajar con un gran estudio, ni siquiera la violencia me pareció gratuita porque sirve para mostrar el mundo en el que vive el personaje. Eso si como mencionas me encanto Alexander Skarsgård como el protagonista, se nota lo dañado que esta a pesar de sus pocos diálogos. A mí me gusto tanto como «La bruja» no puedo compararla con «El faro» porque no la he visto. Buena entrada 🙂 ¡Saludos!
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¡Buenas! Estoy de acuerdo, no creo que se pierda el punto autoral de Eggers y el uso de la violencia está absolutamente justificado por la narración y el contexto. Mis comentarios van más asociados a la dicotomía que sucede muchas veces de la voz autoral frente a los requisitos de estudio, debate propiciado por unas declaraciones realizadas por el propio director. Muchísimas gracias por pasar por aquí y dejar un comentario, ¡saludos!
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Es verdad hay muchos directores que dejan de lado su visión cuando hacen grandes proyectos por suerte Eggers pudo mantener su estilo pese a las exigencias. Por nada me gusto tu post 🙂 ¡Saludos!
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