Recomendaciones: 5 películas de terror en Disney+

Los universos cinematográficos de Marvel, Star Wars, Pixel y las propias películas de Walt Disney inundan el catálogo de Disney+ pero la experiencia no se queda aquí. Gracias a su relación con Star y con poder contar con los derechos de las películas de Fox ha propiciado que exista también un catálogo de cine de terror que poco a poco va en aumento en el que se pueden encontrar tanto grandes clásicos del género como estrenos de novedades y obras de culto destacables. En las recomendaciones de hoy: 5 películas de terror en Disney+.

Barbarian (2022)

de Zach Cregger

Tess viaja a Detroit por una entrevista de trabajo. Cuando llega a la casa en la que ha de pasar la noche, descubre que ya está ocupada por otra persona. Decidir si confiar en esa persona o no, será el menor de sus males.

Barbarian es uno de los fenómenos de terror de este 2022. Si Terrifier 2 se ha convertido en una película de serie B que ya se puede considerar obra de culto al superar cualquier expectativa de taquilla, la película de Zach Cregger no se queda atrás. La gran recaudación conseguida en los Estados Unidos y el revuelo de su estreno en plataforma, ha conseguido que se haya convertido en una película que recomendar para toda persona fan del género. La principal baza argumental de Barbarian es jugar con el concepto de la desconfianza, presentando una serie de situaciones en las que cualquier pensamiento predeterminado puede sufrir de un giro de 180 grados en cualquier momento. Como se suele decir: ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos, aunque aparezcan protagonistas a los que les toca sufrir y superarse hasta lo indecible y malvados que son la mismísima personificación del Diablo en la Tierra. Gracias a un firme pulso narrativo y a su tratamiento de la luz y el espacio, Cregger consigue en su primera parte transmitir una gran sensación de misterio, tensión y amenaza constante. El montaje del film arriesga cuando decide romper esa propia propuesta y renacer con un planteamiento que navega hacia otros lugares en los que se incluyen en el subtexto lecturas sobre el patriarcado e incluso se permite coquetear con la comedia hasta desembocar en un desenlace repleto de violencia desenfadada y sin complejos. Una de las gratas sorpresas que nos ha ofrecido el terror este año 2022.

Predator: La presa (2022)

de Dan Trachtenberg

Naru es una joven guerrera comanche que sueña con el reconocimiento de su tribu. Un pequeño grupo parte para enfrentarse a un gran puma que acecha su poblado, pero lo que se encuentran es algo mucho más grande, violento y peligroso.

La saga Depredador (o Predator, como se menciona en el presente film) alcanza la friolera de siete películas en su haber. Con mayor o menor fortuna, el alienígena cazador que ha conseguido incluso plantarle cara a los mismísimos Aliens de Ridley Scott, se ha convertido por mérito propio en un icono del cine de ciencia ficción, terror y acción. Cogiendo como motor principal todo lo establecido por la obra original de John McTiernan, aparece Dan Trachtenberg para coger el testigo y ubicar al Depredador en otra época diferente para que sus preciadas presas pasen a convertirse en trofeos que decoren la pared de su nave. Sin ejercerse presión sobre si misma, la narración se toma su tiempo para presentar a la protagonista y las tradiciones del poblado indio, para lentamente, ofrecer algunos fogonazos de violencia del cazador del espacio como si de un Tiburón acechando se tratase. Esta primera parte de la película es sin duda la menos atractiva y puede conseguir que nos bajemos de la historia antes de que lleguen los fuegos artificiales. Y llegan. Repletos de fuerza y estruendo. En el momento en el que el Depredador se muestra abiertamente y se enfrenta al grupo indio que se adentra en el bosque a cazar, el film gana enteros, mejorando su ritmo, puesta en escena y ofreciendo secuencias repletas de acción y violencia bien rodada y montada. Predator: La presa merece estar en el escalafón alto de películas que forman parte del universo de la saga, pero no comparto las voces que la consideran superior a Depredador 2.

The Empty Man (2020)

de David Prior

James Lasombra era detective y ahora trabaja en una tienda de seguridad. Su amiga Nora contacta con él para investigar la desaparición de su hija Amanda. Ambos encuentran un mensaje en el baño: «The Empty Man me obligó a hacerlo».

The Empty Man es una película engañosa en su planteamiento, el cual evoluciona de una propuesta más o menos convencional para llevarnos por un recorrido más retorcido, ambiguo y tortuoso. La obra de culto de David Prior, director apadrinado por el mismísimo David Fincher, profundiza en la gestación de una leyenda macabra en un extenso prólogo que parce marcar el tono del film en su inicio, pero nada más lejos de la realidad. La maldición de los excursionistas del arranque se torna una obra de investigación detectivesca que sigue el más puro de los cánones y conforme avanza en su oscura trama, muta en una narración sobre sectas secretas de extraño culto en la que el espíritu de Lovecraft y la locura provocada por una criatura primigenia se abren paso. La premisa inicial de cine clásico de terror se plasma a la perfección con una impecable realización y dirección, para lentamente, abrirse paso a una consecución de escenas que se perciben como espectador al unísono en perplejidad a lo que siente el protagonista conforme avanza su investigación. Acentuándose esa sensación en el desfigurado último tramo del film, montado con toda la voluntad del mundo para generar esa confusión. Incluso los rezos de la secta presagian la huella que va a dejar la película tras ser vista: Nada existe. Aunque exista algo, no se puede conocer. Aunque se pueda conocer, no se puede explicar. Aunque se pueda explicar, no se puede comprender. De culto instantáneo.

The Night House (2020)

de David Bruckner

Tras poco tiempo de matrimonio, Beth se ha de enfrentar a la trágica e inesperada muerte de su marido. Ahora reside sola en la casa que habia construido su marido en el lago, y allí, comienza a sentir el acoso de una presencia extraña.

Tras la notable The Ritual de Netflix, David Bruckner vuelve a la carga con una nueva película de terror que explora el género de las casas encantadas con un particular punto de vista centrado en el drama y el suspense y con el atrevimiento de adentrarse de cabeza en temas tan arduos como el suicidio y el duelo. The Night House reparte su protagonismo entre una magnifica Rebeca Hall, quien se entrega en cuerpo y alma a una actuación intensa e incómoda pero sin caer nunca en el exceso, y la propia arquitectura del espacio como elemento terrorífico, en el que las presencias paranormales hacen aparición para el ojo más atento, huyendo de cierto histrionismo y evidencia que conlleva el género en la actualidad. La propia trama del film huye de la evidencia para ir sembrando ideas ambiguas a lo largo del film que van eclosionando lentamente hacia un desenlace revelador, generador de relectura de los sucesos y oportunidad de repetición de recuperar de nuevo la experiencia para atrapar mensajes que se hayan perdido por el camino. El nuevo trabajo de Bruckner resulta atmosférico, elegante, confuso, inteligente y deprimente en su propuesta, alcanzando cotas de terror como pocas películas han conseguido en los últimos años. A falta de poder ver la última entrega de Hellraiser, su mejor película.

Underwater (2020)

de William Eubank

Una pequeña tripulación queda atrapada en una instalación submarina que se está inundando a gran velocidad como consecuencia de un devastador sismo.

La influencia del mundo del videojuego, de las películas Alien: el octavo pasajero de Ridley Scott y Abyss de James Cameron así como del cine de catástrofes en general, resulta omnipresente en Underwater, una película que sin ningún tipo de pretensión busca ofrecer una experiencia angustiante y repleta de adrenalina, con la bandera del fácil consumo por delante. Con clara vocación de serie B y ganas de sumergirse en lo Lovecraftiano, con criaturas primigenias haciendo aparición entre la oscuridad del mundo subterráneo, el film se abre paso a través de las vicisitudes de una tripulación de la que no sabemos (ni sabremos) nada en especial y que resulta bastante carente de carisma, a excepción de un brillante Vincent Cassel que con muy poco consigue construir un personaje repleto de matices. Kirsten Stewart es protagonista absoluta y ofrece una poderosa actuación basada puramente en lo físico y que tiene como principal lastre que no podamos olvidarnos de la heroína destructora de Aliens por antonomasia. Los principales lastres de Underwater se fundamentan en la sensación de volver a ver algo que nos han mostrado otras veces, y de mejor manera, y la evidencia de que se estan camuflando ciertas limitaciones de producción y efectos especiales en su planteamiento y desarrollo de escenas. Obra de acción y ciencia ficción que se disfruta tan rápido como se olvida, y no lo digo de forma despectiva.

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