
Las películas también sirven para aproximarnos a otras culturas, a otras épocas y mostrar pensamientos tan cercanos o alejados a los propios que pueden revolvernos por dentro. De la vida de dos mujeres en el Marruecos actual a la lucha de los republicanos españoles exiliados en la Francia de principios del siglo XX. En la sesión continua de hoy toca hablar de Adam y Josep.

«Adam»: Ser madre en Marruecos
Título original: Adam (98 min.)
Año: 2019
Dirección: Maryam Touzani
Guión: Maryam Touzani y Nabil Ayouch
Reparto principal: Lubna Azabal, Nisrine Erradi, Douae Belkhaouda y Aziz Hattab
Género: Drama
Sinopsis: Samia es una joven embarazada que busca trabajo y un lugar donde vivir en Casablanca, pero siempre es rechazada. Un día llama a la puerta de Abla, una pastelera que vive con Warda, su hija de 8 años. Ese encuentro cambiará la vida de las dos mujeres.
Opinión: Decidir ser madre soltera o quedarse viuda son sucesos que marcan la vida de cualquier mujer, pero afortunadamente, no tienen porqué convertirse en etiqueta permanente, al menos que sea por propia elección. Muy probablemente las habladurías y los cuchicheos se sucedan a su alrededor, puesto que somos país donde predomina el cotilleo, aunque cada vez se juzga menos a las personas y se les deja vivir sus vidas como deseen (o eso me gusta pensar). Si nos trasladamos a un país como Marruecos, en el que las condiciones de vida y las tradiciones quedan estancadas en épocas pasadas, la cosa es muy diferente. La vergüenza que acompaña a esas mujeres no las abandona, provocando que el devenir de sus vidas esté marcado inevitablemente por ello, anclándolas en unos estereotipos y comportamientos específicos.
Maryam Touzani firma una ópera prima cargada de sutileza y sensibilidad, con ojo experto para detectar momentos cotidianos que, sin embargo, están cargados de emoción y significado. Haciendo buen uso de las elipsis y la dirección de actores (en este caso, de actrices), Touzani muestra un gran dominio de la escena tras la cámara y en la escritura del guion. El rol de Samia, una mujer soltera que está a punto de dar a luz, y el de Abla, una viuda que regenta una pastelería junto a su hija Warda. Ambas viven arrastrando grandes cargas, y sus historias sirven de hilo conductor de un relato de amistad y empoderamiento femenino de dos mujeres que viven en una sociedad que minimiza y caricaturiza su rol. Un rol anclado en otra época y que se mantiene pese al paso del tiempo.
La historia avanza limitándose a prácticamente un espacio, la casa de Abla, en el que las dos mujeres y la niña interactúan, pasan su día a día luchando por un negocio en crisis, y a su vez, se abren unas a otras de forma lenta pero constante, mirando de luchar contra los miedos que las envuelven. Ser madre soltera está mal visto en Marruecos, pero ser viuda tampoco es sencillo. Ambas tendrán que aceptar su condición y decidir si pasan página o aceptan la imposición. Con momentos entrañables entre ellas y una escena de particular dureza (toda madre creo que se estremecerá al verla), el film de Touzani consigue transmitir verdad, aunque se deteriore su ritmo en una parte central en la que predomina el costumbrismo.
Drama filmado en Marruecos que ha conseguido formar parte de la sección oficial de la Seminci y de Cannes y que demuestra que las pequeñas historias, las más locales, guardan en su interior un mensaje universal que puede conmover y estremecer a partes iguales. El cine vuelve a demostrar que es una gran forma de conocer la idiosincrasia y la cultura de otros países, y eso incluye episodios o sucesos que provocan reflexión sobre ciertos privilegios de los países del primer mundo respecto a otros menos desarrollados.
Lo mejor: el trio de actrices protagonistas, con una Nisrine Erradi al frente que está inconmensurable. La naturalidad conseguida a lo largo de todo el film. El mensaje de frustración y superación que guarda en su interior. La dureza de cierta escena.
Lo peor: cierto apego al cine costumbrista en su parte central que hace bajar enteros al resto de la película. Algunos momentos pecan de edulcoramiento impostado.
Nota: 7’5/10

«Josep»: Ilustrando una vida
Título original: Josep (81 min.)
Año: 2020
Dirección: Aurel
Guion: Jean-Louis Milesi
Reparto principal: Animación
Género: Animación para adultos, Biográfico, Drama, Histórico
Sinopsis: Josep Bartolí es un ilustrador exiliado en Francia durante los tiempos de la dictadura Franquista. Las penurias en los campos de concentración franceses nunca han frenado sus dibujos, cargados de crítica y con una sensibilidad especial hacia todo lo que sucede en su terrible día a día.
Opinión: A diferencia de los rutinarios momentos que muchas veces pasan de forma fugaz por nuestros pensamientos, los acontecimientos más trascendentales se graban a fuego en nuestra memoria, pero incluso estos se ven desdibujados por la memoria con el paso del tiempo. Incluso si hablamos de experiencias que nos han marcado en la vida, tanto por vivir una experiencia traumática como por alguna significativamente placentera o bella, tarde o temprano se acaban diluyendo con el paso de los días, meses, y años. Los estragos de la edad afectan a esos recuerdos, se entremezclan, se difuminan e incluso se transforman, dando lugar a nuevas vivencias dentro de nuestra propia mente.
Aurel es un reputado dibujante y caricaturista francés que ha trabajado para múltiples medios de prestigio como el periódico Le Monde, y que debuta como director de largometraje con el film de animación Josep. La película narra a través de los recuerdos de un anciano que charla con su nieto, las vivencias de Josep Bartolí, un dibujante exiliado de la dictadura franquista en Francia, mostrando las terribles penurias que sufrió. Con clara vocación de homenaje a la figura de Bartolí, y en consecuencia, al propio mundo de la ilustración, la película maneja múltiples formatos que conectan con la animación tradicional, el mundo del cómic y la ilustración de denuncia. Esa mezcla de formatos ofrece un punto de vista original, una viñeta en movimiento que suma capas de complejidad a un relato que profundiza en temas habitualmente tratados en el cine: el sufrimiento de las victimas de la guerra, el abuso de poder, la frustración por el sometimiento, la fraternidad frente la injusticia… pero que también explora la distorsión de la memoria y los recuerdos por los estragos del tiempo. Siempre con Bartolí al frente de una historia en la que vemos como su lápiz y papel sirven para mantener la esperanza y la ilusión frente a la desesperación.
Josep recupera un suceso que queda obviado en la memoria histórica colectiva. Es más que conocido el exilio de miles de personas huyendo de la dictadura, pero aparecen las incógnitas cuando se afrontan las vivencias de todas esas personas exiliadas. ¿Cómo fue su huida? ¿Dónde fueron? ¿Cómo empezaron su nueva vida en el extranjero? La película se centra en los cientos de miles de refugiados que fueron a Francia a partir de febrero de 1939, y en como el gobierno francés los encerró en campos de concentración. Inmersos al poco tiempo en la Segunda Guerra Mundial, todos esos exiliados suponían un problema extra para una Francia envuelta en un conflicto bélico sin precedentes. Resulta inevitable pensar en como se percibe el film según la procedencia e ideología de los ojos que la miran, ofreciendo luz a una historia poco conocida y obviada en España, y probablemente borrada de la memoria de Francia, y que removerá del asiento a quien no sea abierto de miras hacia ciertas propuestas e ideologías.
Cine de animación con gran carga social, más próximo a la viñeta periodística y a las ilustraciones del autor que al cine de animación más convencional y contemporáneo. Las imágenes encajan a la perfección con una banda sonora que deslumbra gracias a la luz que transmite Silvia Pérez Cruz en cada canción y las emociones están a flor de piel al mostrar de forma tan directa y a la vez tan sutil las injusticias vividas por cientos de miles de refugiados. Un ejercicio de estilo que se convierte por méritos propios en uno de los mejores films de animación del año, sin ninguna duda.
Lo mejor: el formato y la narración ofrecen originalidad a temas bastantes trillados en el cine. La mezcla de animación tradicional con el mundo de la ilustración de Bartolí. La banda sonora de Silvia Pérez Cruz. La voz de Sergi López encajando a la perfección con el personaje de Josep. La emoción que transmite.
Lo peor: un film en catalán y francés, con un estilo de animación particular y tratando temas que conectan con la guerra civil española, forman un conjunto que pueden alejar al público de esta gran propuesta.
Nota: 8/10


Me quedo con…
Josep. El film de animación que narra la historia de un ilustrador exiliado en Francia está un peldaño por encima de Adam, el relato empoderamiento de dos mujeres en el Marruecos del siglo XXI. Con toques de drama histórico y pese a tratarse de una película de animación, rezuma tan nivel de certeza y guarda un homenaje tan sincero al mundo de la viñeta, que consigue alzarse con la victoria en este enfrentamiento con la obra de Maryam Touzani. Aún así, ambos son dos films muy recomendables para toda persona que se interese por las historias reales de lucha y superación.