
Las dos últimas grandes obras ganadoras de los prestigiosos premios a la mejor dirección en el Festival de Cannes y en los premios Óscar son films que han polarizado opiniones y han recogido tantos aplausos como críticas feroces en su trayectoria. En la sesión continua de hoy toca hablar de Annette y Nomadland.

«Annette»: Las notas de la autodestrucción
Título original: Annette (140 min.)
Año: 2021
Dirección: Leos Carax
Guión: Ron Mael, Russell Mael (Sparks)
Reparto principal: Adam Driver, Marion Cotillard, Simon Helberg y Dominique Dauwe
Género: Drama, Musical
Henry, un ácido monologuista, y Ann, una dedicada cantante de ópera, son pareja. El nacimiento de su hija Annette, cambiará el rumbo de ambos.
Leos Carax ha forjado a su alrededor la imagen de director transgresor, imaginativo y excéntrico, pero también, en cierto modo, artista narcisista y pedante, algo que se refuerza al encarnarse a sí mismo en sus propias películas. Esos adjetivos se pueden utilizar para definir Annette, una gran ópera rock que de mano de los Sparks y a través de un océano de números musicales profundiza en la industria del espectáculo, las relaciones de pareja y la paternidad más tóxica, temas que vislumbran las vivencias de Carax como director y que dejan clara su opinión sobre las exigencias y arquetipos del público y la industria.
Adam Driver se vuelca en su actuación al encarnar a un repulsivo cómico de ego infinito que destruye a su público tras cada actuación, eclipsando a una Marion Cotillard que interpreta a una cantante de ópera que se desvive cada noche por las personas que llenan el auditorio y que acaba inmersa en el camino de autodestrucción de su pareja.
La extensión y excesos de Annette la convierten en una experiencia incomoda, que arranca con un potencial de deslumbramiento enorme y que se va hundiendo en su propia fórmula conforme avanza el metraje, alejándose de su carácter disruptivo inicial para abrazar caminos más convencionales y menos rupturistas.
Lo mejor: la repulsiva y magnética interpretación de Adam Driver. La imaginativa dirección de Leos Carax. Escenas rompedoras dentro del género musical, muchas de ellas autoparódicas. El desbordante arranque con So May We Start. El primer plano giratorio alrededor de Simon Helberg. Las partes meta de la obra.
Lo peor: su duración, excesos y subrayados son agotadores. El desigual nivel de las canciones, y por lo tanto, de las propias escenas. El eclipsado personaje de Marion Cotillard.
Nota: 7/10

«Nomadland»: Nómadas del siglo XXI
Título original: Nomadland (108 min.)
Año: 2020
Dirección: Chloé Zhao
Guión: Chloé Zhao (Libro: Jessica Bruder)
Reparto principal: Frances McDormand, David Strathairn, Linda May y Charlene Swankie
Género: Drama, Independiente, Road Movie
Tras perderlo todo, Fern se embarca en un viaje hacia el Oeste americano, viviendo como una nómada en su autocaravana.
Chloé Zhao adapta el estudio de Jessica Bruder, País Nómada: Supervivientes del siglo XXI, en una película con tono de documental en el que se explora la vida de las personas nómadas en un país del conocido como «primer mundo». Cargada de realismo, la obra de Zhao muestra las rutinas diarias de toda una comunidad itinerante formada por personas que han sufrido en sus pieles la crisis (económica, social, personal o de cualquier otra índole) dando voz a los diversos personajes que forman el relato con unos testimonios que resultan desgarradores por su autenticidad. La fórmula ya fue explorada por la directora en sus anteriores obras, contando en esta ocasión con una Frances McDormand que explota un hermetismo expresivo y emocional al representar a Fern, una mujer que siempre ha buscado su propio camino y que por sucesos trágicos, la vida le ha empujado a lanzarse a la carretera.
La crisis económica y existencial ha sido explorada en múltiples ocasiones en el cine norteamericano, la mitología alrededor de ese concepto, unido al del Oeste americano, forman los propios orígenes de toda una nación. De Las uvas de la ira de Ford a The Florida Project de Beaker se ha explorado la herida que ha forjado el capitalismo salvaje en unos individuos que se han sentido profundamente abandonados. Lo que eleva a Nomadland y le permite compartir espacio con obras de tal calibre, es una carga de intimidad y de desolación que resulta tan bella como descarnada, con unos personajes que pueblan unas carreteras lejos de ser idealizadas, pero a los que les une cierto optimismo al compartir un sentimiento de comunidad. Aunque sea una comunidad repudiada por el sistema.
Lo mejor: el mensaje de elección de un destino propio impulsado por las circunstancias de la vida, transmitido con plena naturalidad. El sentimiento de pertenencia a una comunidad. Francesc McDormand está, una vez más, inmensa. La representación de unos desérticos Estados Unidos pocas veces vista en los tiempos actuales.
Lo peor: que cierto tufo a blanqueamiento de imagen para una macroempresa empañe el resto del mensaje del film.
Nota: 8/10


Me quedo con…
Nomadland. La emotiva naturalidad del crudo relato de Zhao ha conectado emocionalmente conmigo más que Annette, el grandilocuente y metafórico musical de Carax. Dos acertados premios a la mejor dirección de obligado visionado.