Los giros inesperados de guion o los elementos sorpresa de impacto son elementos de reclamo para cualquier tipo de narrativo, siendo presente en las películas acuñando conceptos específicos como el Plot Twist o el giro argumental. En Filmin han recopilado una colección de obras con premisas que se salen de la norma y que incluyen giros de los que generan impacto. En la cabecera de la colección han elegido una imagen de El sucesor (Xavier Legrand, 2023), obra que cumple a la perfección con lo comentado anteriormente. En el blog he seleccionado 5 películas que no me han dejado indiferente. En las recomendaciones de hoy: 5 películas de la colección «No dejes que te hablen de ellas» de Filmin.

La mesita del comedor (2022)

de Caye Casas

María y Jesús acaban de ser padres. Su relación no pasa por el mejor momento, y aunque parezca absurdo, la compra de una mesita para el comedor, cambiará irremediablemente sus vidas.

Sin lugar a dudas, el film de Caye Casas se convierte por derecho propio en uno de los más reconocidos internacionalmente gracias a los premios obtenidos en los festivales de cine fantástico y de terror de todo el mundo, y a su vez, en uno de los más polémicos de los últimos años por la dolorosa premisa y el humor negrísimo con el que la desarrolla. Esta pequeña producción que ha tenido un estreno anecdótico en salas de cine, gracias al impulso de festivales de cine fantástico y a una mención en redes sociales por parte del mismísimo Stephen King, se ha ido consagrando en el boca a boca entre las personas aficionadas al género. Tras la divertida e incómoda Matar a Dios (Caye Casas y Albert Pintó, 2017) el director y guionista sube la apuesta para concebir una comedia negra a partir de una de las situaciones más dolorosas y crueles que puede vivir un ser humano. Con los imponentes David Pareja y Estefanía de los Santos al frente, acompañados de un elenco destacado de personajes secundarios (DEP, Itziar Castro), la película transita entre el horror, el melodrama y la comedia. Como padre primerizo puedo afirmar que no la volveré a ver, pero no por eso voy a dejar de recomendarla. Suframos juntos, en el mejor sentido de la expresión.

Lamb (2021)

de Valdimar Jóhannsson

María e Ingvar son una solitaria pareja que viven en una granja aislada en Islandia. El descubrimiento de un misterioso recién nacido pondrá patas arriba su monótona vida.

Lamb se alzó con el premio a la mejor película y a la mejor actriz (Noomi Rapace) en el festival de Sitges y el reconocimiento a la originalidad en Un Certain Regard del Festival de Cannes. La desesperación por abrazar la maternidad y la paternidad y la gestión personal del duelo frente a la pérdida de un ser querido son los ejes centrales del engranaje de la obra de Vladimar Jóhannsson. El folk horror y la manifestación presente en lo oculto de su sentido del humor consiguen que aceptemos con ternura y temor la desesperación por sentirse madre de la mujer protagonista, aunque eso signifique adoptar un engendro que está destinado a traer la desdicha al desesperado y pequeño núcleo familiar. Inquietante en su ritmo pausado para mostrar el aislamiento de la vida entre verdes paisajes islandeses, acompaña la imagen con largos silencios y una banda sonora sutil e insinuante que consiguen dejar amplio espacio hacia la angustia. El desenlace del film consigue dotar de coherencia a todo lo sembrado durante la película y no por esperado o anticipado resulta menos chocante. Ópera prima de un director al que seguirle la pista.

El club del odio (2022)

de Beth de Araújo

Una profesora de primaria organiza una reunión de mujeres con ideas afines: como empeorao la situación de la gente blanca y el impacto en el «american way of life».

Las películas de plano secuencia se han convertido en un subgénero en si mismas. Las razones de su existencia son múltiples, aunque hay dos argumentos que sobresalen por encima del resto: solventar las posibles limitaciones de producción, concentrando los recursos en un calendario más reducido, y ofrecer una propuesta a tiempo real que sirva principalmente para focalizar la atención en un espacio y tiempo limitados, con su consecuente aumento de tensión. En el propio blog reseñé películas que hacen alarde de esa técnica en el artículo 5 películas de la colección «Planos secuencia» de Filmin. El debut de Beth de Araújo en dirección y guion de largometraje se regodea en el segundo argumento presentado para el uso del plano secuencia, con un aumento de la tensión que se vuelve demoledor en su recta final. La existencia de un club de mujeres con ideología de extrema derecha y ansias de supremacismo blanco, resulta terrorífico por los roles próximos y adorables de sus encarnaciones: la profesora de primaria o la ama de casa modélica, reunidas en la iglesia para comer una deliciosa tarta a la que marcar una esvástica en el centro. Todo se vuelve más terrible cuando estas «adorables» mujeres deciden pasar del uso de la palabra a la ejecución del acto. Lamentablemente, la realidad siempre supera a la ficción. Make America Great Again.

La desconocida (2023)

de Pablo Maqueda

Carolina es una joven encantadora que conoce a Leo por internet. Él es un hombre adulto que se ha hecho pasar por un adolescente de 16 años.

La extensa sombra de Hard Candy (David Slade, 2005) abraza la película de Pablo Maqueda, por lo menos en lo que se percibe en su propuesta inicial, en la que una joven tiene un encuentro presencial con una persona adulta tras chatear por internet. Pese a las similutudes con la obra de Slade, La desconocida decide explorar pasajes incluso más oscuros. Con la misma presencia en pantalla y el absoluto protagonismo de dos personajes, encarnados por dos más que eficientes Laia Manzanares y Manolo Soto, el film adapta la obra de teatro Grooming de Paco Bezerra, quien también participa en el guion de la película junto al director y Haizea G. Viana. A través de los engranajes del suspense más Hitchcockiano y explorando los mecanismos de la sorpresa y la variabilidad en los roles de poder, la película presenta un juego de máscaras en la que los protagonistas van mutando y transformando su propia naturaleza conforme avanza el relato. Con la puesta en escena en un único espacio y mediante flashbacks que exploran la vida de los personajes protagonistas, la obra presenta una planificación fría y distante que consigue sumar distancia empática hacia lo presenciado en pantalla, algo totalmente buscado y necesario para generar la ambiguedad moral y ética con la que juega el film. No confies en los desconocidos.

Una noche con Adela (2023)

de Hugo Ruiz

Adela trabaja de barrendera en el turno de noche en Madrid. Es una persona vacía, triste y perturbada, y ha llegado la noche en la que ha de ajustar cuentas con todos los culpables.

En esta pequeña producción independiente, Hugo Ruiz propone un nuevo ejercicio de plano secuencia para narrar una noche de trabajo de Adela, pero no una noche cualquiera, la noche de su venganza. Aquí la técnica no sirve únicamente para equilibrar los costes de una pequeña producción, también ensalza la acción en un clímax final que justifica su uso. Por encima de todo sobresale el trabajo de Laura Galán interpretando a la Taxi Driver madrileña de los barrenderos (o Garbage Truck Driver), en la que va mostrando un crecimiento de la agresividad y violencia del personaje conforme avanza la trama hasta el explosivo desenlace. El film compensa gracias a esos dos elementos, pero pide un caro peaje por el camino, la primera hora de la película escasea en su narración, resultando anodina y repetitiva, y parte del reparto no profesional ofrece escenas que rallan el ridículo. Pero me repito, el clímax resulta tan poderoso y perturbador, que compensa. El tercer acto de la obra se aproxima al cine de Haneke buscando la brutalidad y la incomodidad, haciendo crecer una película que se retuerce en su propia idea pero que sale victoriosa gracias a la entregada y generosa actuación de Galán y a su golpe de efecto. Porque dicen que anoche lo vieron con un tremendo vacilón, ¿quién te lo dijo nene? Me lo dijo Adela, me lo dijo Adela.