La última película de Bong Joon-ho, el conocido director coreano tras las maravillosas «Memories of Murder», «Mother» y «Okja», llega a nuestras pantallas tras su aplaudido paso por el festival de Cannes. La fórmula de mezcla de géneros y de transformación del relato llegan a su punto álgido en esta obra sobre desigualdad social que ha sido aplaudida por crítica y público. Hoy toca hablar de “Parásitos».
“Parásitos” (2019) – Vista el 25/10/2019
Título original: “Gisaengchung” (132 min.)
Año: 2019
Director: Bong Joon-ho
Guion: Kim Dae-hwan, Bong Joon-ho, Jin Won Han
Reparto principal: Song Kang-ho, Lee Seon-gyun, Jang Hye-jin y Cho Yeo-jeong
Género: Comedia, Drama
¿De qué va? (Sin Spoilers)
Ki-taek y toda su familia están sin trabajo. Cuando su hijo mayor Ki-woo comienza a dar clases particulares a la hija mayor de los Park, una familia adinerada, los Ki-taek sueñan con un cambio de vida.
Arriba y abajo
Corea del sur cada vez va expandiendo más su cultura e idiosincrasia al extranjero pese a tener dos potencias como China y Japón a su alrededor y estar en eterno conflicto (aunque con tregua temporal) con Corea del norte. El país asiático ha conseguido hacerse un gran hueco dentro de la industria del entretenimiento mundial expandiendo sus límites gracias a las bandas K-Pop (imposible olvidar a PSY y su machacón «Gangnam Style», predecesor de bandas actuales como BTS, Blackpink o Everglow), los K-dramas (dramas televisivos producidos en televisión que se abren paso gracias a plataformas como Netflix) y como no, a su cine (con grandes propuestas de directores como Bong Joon-ho, Chan-Wook Park, Na Hong Jin o Yeon Sang-ho). El gran resurgir económico de este país asiático lo ha puesto en boca de todos y resulta atractivo para el mundo occidental por su potente industria del ocio y sus grandes avances tecnológicos. Pero Corea del Sur también sufre graves problemas. La presión social para conseguir el éxito, los cánones de belleza deterministas que lo convierten en uno de los países con más operaciones de cirugía estética del mundo, las elevadas jornadas laborales, las alta tasa de suicidio y la escasez de sanidad pública hacen de Corea un país con graves desigualdades sociales. Los de arriba viven entre lujos y los de abajo sufren las consecuencias. El cuento de siempre.
La familia Ki-taek vive en un destartalado sótano en la parte más baja de la ciudad. Luchan por sobrevivir, realizando en casa trabajos precarios como montar cajas de pizzas para una empresa de reparto. Un amigo de la familia que se marcha al extranjero le ofrece a Ki-woo, el hijo mayor, un trabajo como profesor de inglés para Da-hye, la hija menor de la rica familia Park. Al acceder a la lujosa mansión de la familia Park, Ki-woo es recibido y entrevistado por la Sra. Park. Se gana su confianza y es contratado para hacer de tutor de inglés de la joven. La Sra. Park le confiesa que está buscando un maestro de arte para su hijo menor Da-song y Ki-woo le sugiere que contrate a Jessica, una prestigiosa profesora de arte que en realidad es su hermana Ki-jeong. Poco a poco, la humilde familia Ki-taek se va introduciendo en la vida de la adinerada familia Park.
«Parásitos» ganó la prestigiosa Palma de Oro al Mejor largometraje en el pasado Festival de cine de Cannes. Bong Joon-ho había conseguido una proeza para su país, una película Coreana obtenía el preciado galardón por primera vez en su historia. Y no es para menos. La película es una sátira social que refleja las desigualdades existentes entre familias adineradas y familias humildes a través de una mezcla de géneros que funciona a la perfección gracias a su argumento cargado de sorpresas, a su intenso ritmo y a una brillante puesta en escena. Lo que arranca como un drama social con tintes de comedia negra y momentos de puro thriller va avanzando hasta su potente clímax en el que eclosiona la violencia y se abre paso la tragedia. Una nueva obra de Bong Joon-ho que va mutando a lo largo de su metraje consiguiendo descolocar y sorprender a cada tramo.
La diferencia entre la zona superior, en la que se encuentra la residencia de los Park, y la zona inferior, residencia de los Ki-taek, es una clara simbología de estratificación utilizada para mostrar las diferencias económicas y sociales entre las dos familias. Esa estratificación se repite en la propia casa de los Park, diferenciando entre las habitaciones y baño de la planta superior, la cocina y comedor de la planta baja, y el sótano de la zona inferior. Los movimientos de cámara dentro de la mansión nos sitúan fácilmente en su interior, consiguiendo que conozcamos cada recoveco de la casa y que nunca perdamos la situación dentro de ella. Todo un alarde técnico para reforzar la narración y la carga simbólica del espacio, un personaje más dentro del film.
Enfrentamiento entre la simple y confiada familia Park contra la retorcida y astuta familia Ki-taek. La sencillez de quien no tiene problemas, quien tiene la vida solucionada, frente a la necesidad y el instinto de supervivencia. Una lucha en la que se demuestra que el que está por debajo siempre busca mejorar, cueste lo que cueste, y que el que está por encima tiene un sentimiento de superioridad que lo hace ser excesivamente confiado de sus posibilidades. El reparto coral brilla a gran nivel, no hay un personaje que despunte por encima de otro, teniendo todos ellos momentos memorables a lo largo de la historia. En mi caso en particular, tengo especial debilidad por el personaje de Lee Jung-eun, quien encarna a la institutriz de la familia Park. Pero mejor no rebelar nada. Cuanto menos se sepa sobre la historia de «Parásitos» más disfrutable y sorprendente será la experiencia. La lucha de clases nunca había sido tan divertida, ni había conseguido que sintiéramos tanta culpabilidad al reírnos con ella.
Resumiendo que es gerundio
“Parásitos» es una comedia negra sobre las desigualdades sociales y económicas entre las familias adineradas y las familias humildes que mezcla géneros de forma brillante a lo largo de su relato. Del drama social con tintes de comedia evoluciona al thriller hasta desencadenar en tragedia. Todo hilado de forma sorprendente, con intenso ritmo y una puesta en escena que mediante la simbología consigue mostrar las diferencias económicas. La zona elevada (las clases bienestantes) frente a la zona inferior (las clases más desfavorecidas), una simbología utilizada tanto en la ciudad como en la propia mansión de la familia rica, en la que sucederá la mayor parte de la acción. Una historia cargada de giros argumentales, un reparto coral en el que todo el mundo está a la altura y una dirección que realiza proezas a nivel técnico en lugares reducidos, consiguiendo que el propio espacio sea un personaje dentro de la película. Un film que ha obtenido merecidamente la prestigiosa Palma de Oro al Mejor largometraje en el pasado Festival de cine de Cannes. Desigualdad social, engaños para subsistir y muchas risas culpables. Una de las mejores películas de 2019, sin ninguna duda.
Lo mejor: una historia que mezcla géneros de forma brillante y que sirve de hilo conductor para la crítica social. El reparto coral. La puesta en escena dentro de la casa. Los puntos cómicos. Los arrebatos de violencia. Las sorpresas constantes.
Lo peor: saber de antemano por donde pueden ir los tiros gracias a algún trailer revelador o alguna persona entusiasta de la película que se ha ido de la lengua. Que las salas de cine no reciban más propuestas de cine asiático.
Te gustará si… conoces mínimamente la obra de Bong Joon-ho y sabes disfrutar de películas ingeniosas con cierto punto de crítica social.
La odiarás si… concibes únicamente el cine de autor como algo denso o si esperas artes marciales al ver que se trata de una película asiática.
Me gustó más que: The Host
Me gustó menos que: Memories of Murder
Nota: 9/10
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