El pasado sábado 16 de noviembre se volvió a celebrar un acontecimiento obligatorio en el calendario de cualquier fan del cine de terror. La veterana maratón de TerrorMolins nos esperaba con 6 películas por delante, desde las 8 de la tarde hasta las 8 de la mañana. Después de las grandes experiencias vividas en 2016, 2017 y 2018, tocaba afrontar mi cuarta edición. En la crónica de hoy: “Maratón de 12 horas de terror (TerrorMolins 2019)”.
TerrorMolins 2019
Del 8 al 17 de noviembre se celebró la edición 38 del Festival de Terror de Molins de Rei. Para los que no conozcan el Festival, decir que se celebra en la localidad de Molins de Rei y que nació hace más de 40 años a partir de una maratón de 16 horas de cine de terror. La primera de la península ibérica. En su tercera edición pasó a ser de 12 horas y así ha perdurado hasta nuestros días. El Festival tiene palmarés oficial, se proyectan largometrajes y cortometrajes internacionales y una maratón que se celebra el último día, cerrando el certamen.
Las 12 horas de terror
Como comentó en la entrevista que le hice el año pasado a Roger Sàbat, coordinador del festival, la maratón de 12 horas de terror de Molins de Rei es la proyección de películas continuadas más antigua del estado. Antes de las proyecciones y para amenizar las esperas entre película y película, se realizaron diversas performance inspiradas en el leitmotiv del festival: la mirada surrealista. Homenajes a Luis Buñuel, David Lynch y al tristemente fallecido Sid Haig (el Capitán Spaulding de «La casa de los 1000 cadáveres») se abrieron paso en La Peni de Molins de Rei.
A las 12 horas de terror se va a compartir el buen ambiente generado por un público volcado en disfrutar de la experiencia. Gritos, risas, aplausos, cabezadas y ronquidos son habituales en una jornada que conforme avanza va haciendo mella en el sueño de los participantes, pero nunca en su estado anímico y sus ganas de pasarlo bien.
Pero vamos al meollo de la cuestión: las películas.
«Vivarium» (2019)
de Lorcan Finnegan
Gemma y Tom son una joven pareja que busca un hogar perfecto. Un día entran a una inmobiliaria en la que trabaja un extraño agente que les promete la casa de sus sueños.
«Vivarium» es la seguna película de Lorcan Finnegan quien propone en esta historia un acercamiento a la ciencia ficción más televisiva, con un film que parece un episodio extendido de «Black Mirror» o «Twilight Zone». El sueño de una joven pareja de conseguir la casa perfecta se convierte rápidamente en una pesadilla cuando se dan cuenta de que la aparentemente ideal zona residencial a la que han ido a parar está completamente deshabitada y no se puede salir de ella. Un encierro involuntario en el que la rutina diaria y la convivencia harán mella en su estado de ánimo y raciocinio. Descubrir el porqué de ese encierro y de los extraños sucesos que van aconteciendo serán los principales atractivos de una obra que poco a poco pierde el factor sorpresa y no aprovecha correctamente sus cartas, haciendo decaer el interés en su recta final. Por encima de todos brilla la actriz Imogen Poots, ganadora del premio a mejor actriz en la última edición del festival de Sitges por su papel de mujer luchadora y superada por la situación que está viviendo, y un pequeño y desquiciante Senan Jennings (quien no tenga ganas de lanzar al repelente crío por la ventana se merece un monumento). También merece la pena destacar una secuencia cercana al desenlace en la que se ofrecen algunas respuestas a lo que sucede en esa zona residencial, ofreciendo alguna de las imágenes más valientes de toda la película. Lástima que no se extiendan y no se hayan atrevido a ser incluso más arriesgadas, ofreciendo un plus revitalizante al film en su última recta. Una metáfora accesible con crítica al sueño de familia ideal con hogar perfecto que hubiera funcionado mejor como un episodio de las series antes mencionadas.
«Come to Daddy» (2019)
de Ant Timpson
Norval ha sentido un vacío emocional durante toda su vida. Por eso, al recibir una carta del padre que lo abandonó hace 30 años en la que solicita una visita, no lo duda y decide viajar hasta su aislada casa.
«Come do Daddy» supone el debut en la dirección de Ant Timpson, neozelandés conocido por su faceta de productor en obras como «Turbo Kid», «Deathgasm» o «The Greasy Strangler». El reencuentro de Norval con su desaparecido padre no cumple el idílico momento que éste deseaba. El padre alcoholizado, agresivo, solitario y distante es muy diferente al que había imaginado entre las palabras que había escritas en la carta que había recibido. Tras 30 años de abandono, su padre le había escrito una carta en la que le pedía que le visitase urgentemente. Y ahora que está con él, solo recibe hostilidad por su parte. Norval decide enfrentarse a su padre y pedirle explicaciones, desatando unos acontecimientos que se precipitarán terriblemente. La metamorfosis que sufre la película, del drama familiar a la comedia negra pasando por el thriller más intenso con momentos melodramáticos suponen una gratificante montaña rusa cargada de sorpresas y emociones. Elijah Wood está espléndido interpretando a Norval, un personaje extraño de mirada cristalina y pura bondad que está completamente sobrepasado con la actitud mostrada por su padre, un malvado Stephen McHattie al que el papel le va como un guante. La búsqueda de respuestas al rechazo del pasado, la necesidad de aceptación y de conocer la vida y razones del familiar desaparecido son algunos de los temas entorno a los que gira una brillante historia, ganadora del premio al mejor guion y el premio del público del festival de TerrorMolins. Incluso las personas más crueles y sangrientas pueden sentir empatia y tener la necesidad de aferrarse a los tradicionales lazos familiares.
«Bliss» (2019)
de Joe Begos
Dezzy Donahue es una pintora que sufre un bloqueo artístico. Las deudas y todo su entorno la presionan, por lo que decide buscar la inspiración a través de las drogas más extremas.
«Bliss» es la última película propuesta por Joe Begos, en un 2019 en el que el director ha presentado dos films, el viaje psicotrópico con ecos de vampirismo de «Bliss» y el homenaje al western de Ford y a la acción más desenfadada de Carpenter con «VFW». Dos obras aplaudidas en festivales que sin embargo parecen tener poco espacio y recorrido fuera de esos circuitos. La presente obra obtuvo el galardón de mejor película por el jurado de la crítica y mejor banda sonora en el festival de TerrorMolins. El bloqueo artístico de Dezzy, una pintora polémica de obra oscura y macabra, la lleva a lanzarse al lado más oscuro de la ciudad de Los Angeles. Fiestas desmadradas, drogas salvajes, alcohol, sexo, violencia… todo tendrá cabida en el viaje hacia la búsqueda de la inspiración. Una musa que aparece cada vez que Dezzy pierde el control de sus actos, haciendo que su último cuadro avance por arte de magia, pero que a su vez, genera un extraño deseo de sangre en su interior. Antes de arrancar los créditos iniciales el film da un aviso a los espectadores con ataques de epilepsia, debido a los constantes juegos de luces, cortes y movimientos de la cámara. Una obra intensa que pone a prueba al espectador con su propuesta sucia, incómoda y desagradable pero a la vez supone un viaje psicotrópico absolutamente hipnótico y carente de cualquier limitación creativa. Al frente, una Dora Madison que ofrece una actuación salvaje y completamente comprometida con el personaje. Mezcla de «Clímax» de Gaspar Noé, «Mandy» de Panos Cosmatos y cine de vampiros sin complejos. Un cóctel explosivo no apto para todos los paladares.
«Little Monsters» (2019)
de Abe Forsythe
Dave es un músico fracasado al que le he ha dejado su pareja. Ahora vive en casa de su hermana y su sobrino Félix. Un día decide llevarlo a la escuela y se queda prendado de Miss Caroline, su maestra. El destinó hará que juntos tengan que defender a los pequeños de un apocalispsis zombie.
«Little Monsters» se alza como la comedia de terror de esta temporada. Escrita y dirigida por Abe Forsythe, el film busca divertir al espectador que guste del terror o de la comedia, con una propuesta desenfadada, accesible y sin riesgos. Dave es un fracasado cantante y guitarrista de heavy metal que toca en la calle para ganar algo de dinero. Continuamente está discutiendo con su pareja, hasta que ésta decide romper con él. Abatido, se va a vivir a casa de su hermana donde se convierte en una mala influencia para su sobrino Félix. El día que decide acompañarlo a la escuela, se queda prendado de su maestra, Miss Caroline, una adorable mujer que encandila a los pequeños. Cuando escucha que falta personal para acompañar a Miss Caroline a una excursión a una granja, Dave se ofrece voluntario. Lo que no sabe es que justo ese día se desatará un apocalispsis zombie y ambos tendrán que proteger a los pequeños de los ataques de los resucitados caníbales. Como si de Roberto Benigni en «La vida es bella» se tratase, una encantadora Lupita Nyong’o ha de engañar a los pequeños para que crean que todo lo sucedido forma parte de un gran juego en el que participan. Con gags más atrevidos en su inicio, el film poco a poco va cayendo en el humor más blanco, haciendo que los fans del terror se vayan alejando de su propuesta mientras que se vuelve cada vez más accesible para el resto de espectadores. Divertida, con bromas que funcionan especialmente en su arranque y cayendo en las redes de lo edulcorado conforme avanza, la película no alcanza el nivel de obras como «Zombies Party» o «One cut of the dead», pero hay que reconocer que resulta entretenida. Todo amenizado con canciones de Taylor Swift al ukelele, que cada uno juzgue si eso es bueno o malo.
«Girl on the Third Floor» (2019)
de Travis Stevens
Don Koch y su mujer embarazada Liz se mudan a una nueva casa a las afueras de Chicago. Don se marcha primero a la casa para realizar reformas antes de que llegue Liz. Conforme pasa más tiempo en la casa, va descubriendo que una extraña presencia se oculta en ella.
Lo reconozco. Me caía de sueño y «Girl on the Third Floor» ya la pude ver en el festival de Sitges, así que me retiré. Un año más no pude acabar completa la maratón de TerrorMolins… ¡Y ya van 4! Por si pica la curiosidad de que me pareció la película, aquí dejo el enlace a la reseña del film.
«Scare Package» (2019)
de Courtney Andujar, Hillary Andujar, Anthony Cousins, Mali Elfman, Emily Hagins, Aaron B. Koontz, Chris McInroy, Noah Segan y Baron Vaughn
8 directores de cine de terror independiente. 8 relatos que viajan por diversos subgéneros del terror a la caza de gags cargados de sangre, mutaciones y slashers improbables.
A estas horas ya estaba metido en el AVE en dirección a Girona. Prometo desquitarme y ver el film lo más pronto posible.
Una vez más, la maratón de 12 horas de terror volvió a ser toda una experiencia colectiva, con una gran elección de películas, unas performance acertadas y una organización perfecta que cuidó cada detalle para que el público estuviera cómodo y entregado. Como cada año, solo me queda añadir:
¡Larga vida a TerrorMolins!