
Inmigrantes con pesadas cargas a sus espaldas, partos que se truncan, máquinas que se rebelan contra la humanidad, mafias surcoreanas y ascensos meteóricos de la servidumbre a la riqueza. En las recomendaciones de hoy: 5 películas originales de Netflix que no te puedes perder (7).

Casa ajena (2020)
de Remi Weekes
Bol y Rial son una pareja de refugiados de África que huyendo de la guerra son acogidos en un pequeño pueblo de Inglaterra. Se les ofrece una casa de acogida en la que vivir, en la que surge una extraña y amenazante presencia.
Remi Weekes dirige y escribe Casa ajena, una ópera prima que combina el género del terror con el drama social que han de vivir las personas inmigrantes que llegan a un nuevo país huyendo de la guerra y la miseria. La propuesta encaja, dando peso a la parte dramática que vive la pareja por el choque cultural y el trauma arrastrado, pero también a los fenómenos paranormales que se suceden en la casa y que les acechan incansables. El miedo a huir del hogar, el miedo de llegar a un país donde todo es extraño, el miedo de los lastres pasados, el miedo al desarraigo, y como no, el miedo al racismo y al odio al extranjero. Pese a anclarse claramente en el subgénero de casas encantadas, el film de Weekes resulta genuino en los intimidantes terrores que aparecen en la casa y al comportamiento de la pareja al enfrentarse a las situaciones cotidianas, uno con ganas de pasar página y hacer borrón y cuenta nueva, otra con ganas de volver a su tierra, aferrarse al pasado y a lo que los define. Dos formas de enfrentarse a algo terrible. Jordan Peele abrió camino con Déjame salir al tratar la problemática racial en el género del terror más reciente, y Remi Weekes sigue su estela pero con una marcada identidad propia, en las que las escenas de terror se inspiran en iconografías y rituales del continente africano. Terror social con giro argumental y reflexiones de las que dejan poso.

Fragmentos de una mujer (2020)
de Kornél Mundruczó
Martha y Sean Carson son una pareja de Boston que han decidido tener a su bebé en casa. El día del nacimiento, su matrona habitual no puede asistir, y el parto se complica.
Fragmentos de una mujer ofrece la que probablemente sea la escena sin cortes más angustiosa del año. Tras conocer a la pareja protagonista, una ejecutiva que empieza su baja por embarazo y un trabajador de la construcción en pleno desarrollo de un puente, rápidamente la acción se traslada a la noche del parto. Se abre paso un plano secuencia de larga duración que va desde las primeras contracciones hasta el nacimiento del bebé, en los que vemos el sufrimiento y dolor de la madre, los nervios e impotencia del padre, y la actuación de la matrona. Tal es la potencia y nerviosismo mostrados en el arranque del film que el resto de película se siente lastrada por esa parte, y aunque ofrezca momentos de intensidad, en los que el trauma inicial se expande para abrazar las crisis familiares y de pareja latentes, la narración no acaba de levantar el vuelo. La contención de una excelente Vanessa Kirby, la intensidad excesiva de Shia LaBeouf y la dureza de la veterana Ellen Burstyn, consiguen que la obra se sustente hasta su emotivo desenlace, en el que el drama maternofilial se abre paso, pero en el que es imposible no abandonar la sensación de que lo mejor que podía ofrecer la película ya se ha presenciado. Un film que arriesga al tratar una realidad existente, incómoda e incluso tabú social, por su absoluta inexplicabilidad y dureza, pero al que lamentablemente muchas familias se han de enfrentar.

Los Mitchell contra las máquinas (2021)
de Michael Rianda y Jeff Rowe
Katie Mitchell es una joven aspirante a cineasta que a menudo choca con su padre Rick, un hombre obsesionado con la naturaleza. El día que Katie se ha de marchar a la universidad, Rick cancela su vuelo y la obliga a emprender un viaje familiar cruzando el país para llevarla a la Universidad.
El apocalipsis provocado por la rebelión de las máquinas ha sido explorado en múltiples ocasiones en la historia del cine (Matrix, Terminator, Almas de metal…), pero nunca antes se había presentado una obra de animación con tanto ritmo, ingenio y sentido del humor. Con un guion que consigue ser tan hilarante y gracioso como emotivo y dramático, la película se abre paso a un ritmo endiablado mientras ofrece referencias a la cultura pop del siglo XXI, a los filtros de Instagram y a la adicción con la que que vivimos hacia las pantallas y las redes sociales, provocando cierta desconexión familiar y hacia otros estilos de vida más tradicionales. La animación de Los Mitchell contra las máquinas tiene sello propio y se nota en ella la mano de los productores de Spider-Man: Un nuevo universo, y aunque sin llegar a las cotas de excelencia de esta, su última propuesta de nuevo transpira pasión hacia los cómics, su estética y su narrativa. El mensaje del film sobre el valor de la familia, lo genuino de cada individuo y la aceptación de las diversas identidad no consigue resultar anodino gracias a unos personajes de enorme carisma y a una trama bien equilibrada, que ofrece momentos realmente hilarantes. Un servidor ha llorado de la risa con muchas de las escenas, especialmente las protagonizadas por ese encantador perrito con ojos de Fernando Trueba llamado Monchi. Un film que se convierte por mérito propio en una de las mejores películas de animación de 202, y en consecuencia, en una de las mejores películas del año, mostrando a su vez que existe vida más allá de Disney y Pixar.

Noche en el paraíso (2020)
de Park Hoon-jung
Tae-Gu es un criminal que trabaja para la banda de Mr. Yang. Cuando su hermana enferma y su sobrina son asesinados por accidente cuando querían matar a Tae-Gu, éste decide vengarse.
Un nuevo thriller llega a Netflix con procedencia surcoreana, país que ha demostrado sobradamente su liderazgo del género a lo largo de este siglo XXI. De nuevo, la venganza es el motor de una trama en el que los enfrentamientos entre grandes bandas mafiosas desatan la violencia desenfrenada, pero a diferencia de otras propuestas, aquí se toma su tiempo para desarrollar el conflicto e intereses de los personajes inmiscuidos en la trama. Noche en el paraíso no se deja llevar por el fervor que muchas veces acompaña al género, apuesta por un ritmo más pausado que acompaña a un protagonista, que como si de un ronin desahuciado se tratase, se aferra a sus principios aunque eso le conlleve lanzarse de cabeza a la autodestrucción. Elegante, sangrienta y con una batería de personajes tan despreciables como atractivos, Park Hoon-jung explora el thriller mafioso con un aura melodramática poca veces vista en el género. Cabe destacar el último tramo del film, en el que se deja de lado cualquier tipo de contención para desatar la violencia más salvaje, brillando por encima de todo el film la salvaje secuencia que sucede en el bar de carretera, digna del Tarantino más desacomplejado. Un thriller coreano que sigue la fórmula de tantas otras obras, pero que no se avergüenza al acercarse a tonos más sentimentalistas.

Tigre blanco (2021)
de Ramin Bahrani
Balram Halwai narra su ascenso meteórico de un pobre aldeano a un empresario de éxito en la India actual. Un viaje lleno de miserias y violencia, de la servidumbre a la riqueza.
Basada en el bestseller del mismo nombre de Aravind Adiga, Tigre Blanco aborda la enorme división de clases socioeconómicas y el impacto del capitalismo salvaje que existe en la India contemporánea. Con gran velocidad en la narración, un montaje frenético y una voz en off omnipresente, la película dirigida por Ramin Bahrani se abre paso con sentido del humor negro para retratar una problemática compleja a través de las vivencias de Balram Halwai, un superviviente proveniente de la pobreza que busca abrirse paso hacia la añorada riqueza. Un cuento moderno en el que la idiosincrasia del país es el personaje protagonista, y en el que el resto del reparto sigue su cruel partitura. Desigualdad, corrupción, egoísmo y violencia saturan un film de factura y cánones occidentales realizado íntegramente en la India. Un tortuoso viaje de la tragicomedia al suspense, en el que la actuación de Adarsh Gourav sobresale por encima del conjunto, consiguiendo generar el mismo nivel de rechazo que de empatía hacia sus actos y comportamiento. El pobre sin oportunidades que alcanza la riqueza no lo puede hacer siguiendo la senda del camino correcto, tiene que abandonar su ética personal y realizar actos tan despreciables y mezquinos como los que perpetúan el poder y estatus dominante actual. Valores de capitalismo salvaje en estado puro desatados en una de las potencias económicas mundiales actuales en un film que resulta sumamente entretenido.
Estic totalment d’acord amb els teus comentaris, vaig veure Los Mitchell i vaig riure moltissim amb en Monchi i la seva gran escena final. M’encanta llegir els teus articles!!
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Gràcies per comentar Mariona, és un plaer rebre paraules com les teves. I sobre Los Mitchell, tots som Monchi! Encara que no tan guenyos!
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